lunes, 15 de junio de 2009

Simón Bolívar: Padre de la Patria, Padre de la Libertad


UCSAR / Ambar Carvallo.- Como no bautizar este blog con el padre de la Patria; Simón Bolívar, aquel que tiene en su haber el título de Libertador. Ya mucho se ha escrito de este ilustre venezolano que le concedió la libertad a Venezuela y a otras naciones, así esta lucha haya conllevado a su desaparición física.

Como otros grandes hombres optó por batallar y aguantar los embates, dolores y carencias que esto conlleva e inmortalizarse en el tiempo y espacio como un héroe que guió a un pueblo oprimido por voluntad de un Imperio que amenazaba con exterminar a su país.

Simón enunció una vez que ningún hombre esta destinado de manera Divina para convertirse en héroe o en figura insigne de un colectivo. Él aseguró que fueron las situaciones y hechos que se manifestaron en su vida, las cuales orientaron el rumbo de su brújula a luchar por la independencia de Venezuela y América.

Desde niño muchas cosas le fueron esquivas, la muerte le arrancó a su madre, padre y amada esposa; aquella que junto a su tumba dijo que más nunca volvería amar, que triste episodio ese el de su corazón, tanto luchar por su amor y casamiento, para que llegase el verdugo de la muerte y se la arrancase sin pena ni gloria a aquella fémina que enarboló sus sentimientos.

Renunció a grandes riquezas y a ostentosos lujos por alistarse en el ejército y ser parte del plan de emancipación nacional que en el siglo XVII tuvo su epopeya y dinamismo, tal fue su legado que hasta nuestros días aun se escucha el gritó de Bolívar reclamando justicia para el pueblo y muerte a sus tiranos.

Hay quienes lo tildaron de loco, solo por el hecho de pensar que se podía vivir en libertad y no sometido ante un régimen, cosechó en su alma la semilla de la conspiración de Gual y España, además, la ilustración alimentó en su cabeza las grandes ideas que fueron la base de la Revolución Francesa.

Determinación, Orgullo y Fortaleza

Si hay algo que se debiese rescatar aquí de forma real es la determinación que tuvo El Libertador, específicamente, allá en el Monte Sacro, en Roma, al decir su juramento frente a su maestro de maestros, don Simón Rodríguez; también conocido como Samuel Robinson. En ese instante el tiempo y espacio no conocieron barreras para detener la convicción de liberar a su pueblo.

El orgullo que tuvo para luchar contra viento y marea en su ideal revolucionario y poder concatenar ejércitos enteros es admirable, esa dicha de ser el líder de miles de hombres que estaban dispuestos a levantarse en armas y seguir las indicaciones de él, todo en pro de libertar a su pueblo y demostrar que Venezuela se respeta.

Asimismo, la fortaleza para ganar adeptos y enemigos, es tanto así que en su lecho de muerte terminó sólo y sin todas las cosas que se merecía por sus hechos y gran corazón. En la quinta San Pedro Alejandrino; en Santa Marta, Colombia, da sus últimos suspiros y con el Dr. Alejandro Prospero Reverend con la mirada fija en él y con la triste pena de anunciar que el ser más grande que parió Venezuela ha muerto con pena y poca gloria en ese instante.

Ya lo decía el Libertador Simón Bolívar: “Primero el suelo nativo que nada: él ha formado con sus elementos nuestro ser; nuestra vida no es otra cosa que la esencia de nuestro pobre país; allí se encuentran los testigos de nuestro nacimiento, los creadores de nuestra existencia y los que nos han dado alma por la educación; los sepulcros de nuestros padres yacen allí y nos reclaman seguridad y reposo”, carta a Andrés de Santa Cruz, Popayán (Colombia), 26 de octubre de 1826. Es justo y necesario dar la trascendencia que un personaje se merece por sus hechos, Bolívar sin lugar a dudas ha sido quien nos dio identidad, libertad y personalidad, sin olvidar a todos esos guerreros que dieron su vida por Venezuela. Así que honor a quien honor merece y primero la Patria ante todo.


Fuente:
Vinicio Romero Martínez (2007). Mis mejores amigos, 320 biografías de hombres y mujeres ilustres de Venezuela, Editorial Panapo.
De Caracas al Monte Sacro, Moteávila Editores (2008).

Fotos: Google Images

Montaje y Diseño: Ambar Carvallo Menones

No hay comentarios:

Publicar un comentario